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Jimenez, Juan Ramon ( Biograf )
Jimenez, Juan Ramon

JUAN
RAMÓN JIMENEZ ( 1881 – 1958 )
Escritor poeta español

BIOGRAFÍA

Nació en Moguer (Huelva), en 1881, en el seno de una
familia de cultivadores y exportadores de vinos. A los once
años fue alumno interno en el colegio de los jesuitas
del Puerto de Santa María (Cádiz). Su infancia,
, está marcada por ventanas, puertas grandes ybalcones
por las que se asomaba a ver el mundo.

El mundo real parece reducirse para el niño Juan Ramón
a algo contemplado desde una ventana, desde la distancia:
algo de lo que él no participa. En la Andalucía
extremadamente clasista de finales de siglo, Juan Ramón
tenía que ser un niño aislado, sin contacto
verdadero con su ámbito externo: “De esos dulces
años recuerdo que jugaba muy poco, y que era gran amigo
de la soledad”..

La
presencia del mar supuso siempre una referencia de luz y de
belleza: una maravilla más contemplada que vivida.
Es inevitable ver en todo esto el germen de un futuro mundo
poético: el mundo de un solitario y apasionado contemplador.

En
su adolescencia partió hacia Sevilla para estudiar
Derecho, aunque se interesó más por la poesía
y la pintura —inicia su aprendizaje en este arte en un
taller neoimpresionista sevillano—. La carrera, iniciada
por imposición paterna, quedó sin acabar en
este intento y en otros posteriores. La lectura de Bécquer
le había puesto en contacto con ella. Por la poesía
dejaría sus estudios, contra la voluntad de su padre.

Regresa
a Moguer, para reemprender los estudios de Derecho colgados,Se
produce entonces un hecho que le marcará profundamente,
tanto en su aspecto humano como en el poéticoa la muerte
de su padre .Desde ese momento el temor a la muerte se convertirá
no sólo en tema poético básico, sino
también en un problema mental que irá acompañado
de fuertes depresiones durante muchos años de su vida.

A
finales de 1901, se traslada a Madrid —residiendo voluntariamente
en la clínica neuropática del Rosario, hasta
1903—, donde sigue curando su enfermedad y aumentando
sus amistades y su creación literaria; vive también
en casa del doctor Simarro, gran amante de la literatura,
que le pone en contacto con la Institución Libre de
Enseñanza. La publicación de Rimas en 1902 supuso
un gran paso adelante en su carrera de escritor y su consagración
en el ambiente literario madrileño. El modernismo de
tendencia parnasiana cedía el paso ante el simbolismo.
Arias tristes (1903) reafirma la naciente fama del poeta.

Una
nueva crisis le lleva en 1905 a Moguer, sigue escribiendo
poemas amorosos, inspirados en gran parte en el simbolismo
francés, entre ellos uno de los más conseguidos:
El viaje definitivo. El trienio 1905-1907 es duro para el
poeta: a la crisis psicológica depresiva se une el
progresivo descalabro económico de la familia.

Vuelve a Madrid en 1911, sobre todo por la insistencia de
Ramón Gómez de la Serna, en cuya revista “Prometeo”
habían ido apareciendo varios poemas suyos, pero del
que se irá distanciando al atraerle más el ambiente
intelectual de la Residencia de Estudiantes que los “juegos”
vanguardistas de Ramón.

Encabeza todos los movimientos de renovación poética;
dirige las revistas más cuidadas de nuestra literatura,
y anima a todos los que después serán los grandes
poetas del 27. Posiblemente su libro Eternidades (1918) sea
uno de los libros poéticos más influyente de
este siglo en lengua castellana.

Entre
1918 y 1923 publicó Eternidades (1918), Piedra y cielo
(1919), Poesía (1923)y Belleza (1923), además
de la Segunda Antolojía (1898-1918)[2], publicada en
1922. De 1921 a 1927 edita una serie de revistas en las que
recoge parte de su obra en prosa y verso, además de
dar a conocer la de otros escritores afines. De 1925 a 1935
publica sus Cuadernos, en los que da a conocer todo o casi
todo lo que escribe en ese periodo. En estos Cuadernos, además
de poemas, incluye cartas, retratos líricos de escritores
y recuerdos literarios.

Al
estallar la guerra civil, el papel del poeta siempre estuvo
a la altura de las circunstancias: abrazó la causa
republicana, y acogía en su casa a los niños
huérfanos, para cuyo cuidado destinó sus ahorros
cuando abandonó España en 1936, al ser nombrado
en agosto agregado cultural de la Embajada de España
en Washington.

Fue invitado a pronunciar unas conferencias en la Universidad
de Miami. El triunfo del general Franco le llevó a
quedarse definitivamente en América y a recorrer varios
de sus países y universidades, logrando el reconocimiento
de gran poeta.

Vive en Puerto Rico, su casi segunda patria; en La Habana,
en Florida, en Washington y, a partir de 1951, cuando las
fuerzas y el corazón vuelven a jugarle malas pasadas,
se instala definitivamente en Puerto Rico.

En
estos años escribe los de sus libros más definitivos
de su última etapa: La estación total (1946),
Romances de Coral Gables (1948), Animal de fondo (1949), Dios
deseado y deseante (1949) y el largo poema Espacio (1954).

El
año 1956 tendrá para él una doble cara:
la concesión del premio Nobel de Literatura y la muerte
de Zenobia, hecho del que el poeta ya no se recuperará
(la importancia de Zenobia en su vida es casi imposible de
cuantificar, dado el carácter neurótico y depresivo
del poeta).

Dos
años después, en una desolación total,
fallece en Puerto Rico.