Poemas y Relatos
Web de poemas y relatos
Poemas y Relatos » poemas » romances » Romance de Delgadina
Romance de Delgadina
Sin Clasificar

ROMANCE
DE DELGADINA

Rey
moro tenía una hija
más hermosa que oro y plata,
Rey moro tenía una hija,
que Delgadina se llama;
un día estando a la mesa
su padre la remiraba.

<<Padre,
¿qué mira usted?>>
<<Hija, no te miro nada,
es que bajas la cabeza
como una recien casada.>>

<<Padre,
no me mate usted,
que el conde me dio palabra
de tomarme por esposa
al volver de la cruzada.>>

<<¡Alto,
alto, caballeros!

A
Delgadina, matarla,
si no la queréis matar,
encerradla en una sala;
si no es retama machada.

No
me la deis de beber
si no es con agua salada.>>

Al
cabo de unos tres meses
se ha asomado a la ventana,
ha visto a sus dos hermanas
que estaban bordando en plata.

<<Hermanas
por ser hermanas,
por Dios una gota de agua.>>
<<Yo te la diera mi vida, mi vida,
yo te la diera , mi alma;
si padre, el Rey, lo supiera,
la cabeza nos cortara.>>

Se
retiró Delgadina,
tan triste y desconsolada,
con lágrima de sus ojos
toda la sala regaba.

Al
cabo de otros tres meses
se ha asomado a otra ventana;
ha visto a sus dos hermanos
jugando al juego de espadas,

<<Hermanos,
por ser hermanos,
por Dios, una gota de agua;
más de sed que no de hambre
a Dios entrego mi alma.>>

<<Yo
te la diera, mi vida,
yo te la diera, mi alma,
mas si padre lo supiera
la cabeza nos cortara.>>

Se
retiró Delgadina
tam triste y desconsolada,
con lágrimas en sus ojos
toda la sala regaba.

Al
cabo de otros tres meses
se ha asomado a otra ventana
y vio a su madre la Reina
peinando sus blancas canas.

<<Mi
madre por ser mi madre,
por Dios una gota de agua,
que se me acaba la vida
y a Dios le entrego mi alma.>>

<<Esclavas
por ser esclavas,
dadme una jarrita de agua,
que sea de plata y oro
adornada de esmeraldas
y en lo alto de la torre
a Delgadina entregadla,
que mas de sed que de hambre
a Dios le entrega su alma.

La
que llegase primero
un gran premio se ganara,
si no se entera mi esposo
ya que a todas nos matara.>>

Todas
vienen a la par,
ninguna se ganó nada,
pues en medio de la sala
Delgadina muerta estaba.

Los
Ángeles a los lados
haciendole la mortaja,
la Virgen a la cabeza
en andas se la llevaba,
las campanas de la Gloria
por Delgadina tocaban.
las campanas del infierno
por su padre el Rey doblaban.